En Plastic llevamos desde el año 2012 diseñando soluciones y marcas digitales de alto nivel. Hemos sido testigos directos de la evolución de nuestro sector, de los cambios de tendencias y necesidades, de la aparición de nuevos perfiles, herramientas y metodologías… una evolución excitante que nos ayuda a entender mejor nuestro entorno, a optimizar procesos y a mejorar los resultados de nuestro trabajo.
Durante el último año y a raíz de interacciones con clientes de diferentes sectores y tamaños, más de 30 líderes de equipos en áreas como el Marketing, Producto, Negocio y Diseño, hemos observado una creciente necesidad y una preocupación recurrente que nos ha llamado la atención.
“Necesitamos propuestas más creativas.”
Director de marketing de empresa internacional
Casi unánimemente, los clientes destacan la falta de propuestas personalizadas, diferenciadas y, en muchos casos, la falta de soluciones creativas.
Esto ha supuesto el punto de partida de una reflexión profunda sobre el estado actual del diseño y sobre cómo nosotros, como especialistas, podemos aportar nuestra visión estratégica para seguir ayudando a diferentes entidades a través del diseño.
“Nos hemos centrado mucho en las metodologías y en el UX pero tenemos que empezar a pensar en la parte más visual, la hemos dejado de lado y nos está penalizando.”
Director de marketing de empresa internacional
En los últimos años, la tecnología ha jugado un papel crucial en hacer nuestros procesos más eficaces. Hemos probado, iterado y mejorado continuamente nuestros diseños para optimizar su efectividad. Y ahora la AI no solo nos está haciendo más eficaces, sino que podremos incluso hasta suplantar la creatividad haciendo click en un botón. Fascinante.
Es genial, si algo funciona, puedo utilizarlo en todos los proyectos futuros. Después de recoger multitud de datos, revisar las recomendaciones precisas que dan los expertos del sector, utilizar el Material Design de Google, el mismo estilo de iconos, gráficos, e ilustraciones… se puede seguir una receta en línea. Una “forma correcta” de hacer las cosas.
Eureka, ¡ya tendríamos la solución a todos nuestros retos!.
Si todos usamos las mismas metodologías, las mismas herramientas, tenemos los mismos datos, por lo tanto, llegamos a las mismas conclusiones y generamos sistemas homogéneos.
“Queremos ver algo que hable de nosotros,
que nos diferencie.”
Director de marketing de empresa internacional
¿Cuál es la diferencia entre los productos que consumimos hoy en día? ¿Qué valor singular y único le transmite al consumidor la interacción con un producto o servicio?.
La búsqueda de atender a las masas a menudo genera una producción homogeneizada, donde la originalidad y la singularidad se sacrifican en favor de ciertos datos a corto plazo. Pero ¿realmente satisface a nuestros usuarios? ¿Los estamos realmente escuchando? ¿Estamos dejando de lado la conexión emocional que buscan los usuarios?.
Puede ser que esta trayectoria hacia el número, el dato, el método,y la tecnología por encima de todo esté obstaculizando la conexión con las personas, la búsqueda de la excelencia y sofocando nuestra capacidad creativa.
Los especialistas en marketing saben desde hace mucho tiempo que las decisiones de compra se basan mucho más en motivos inconscientes que en razonamientos lógicos. Y también saben que la emoción es la forma más sólida, profunda y duradera que tenemos de llegar al corazón de nuestros clientes y usuarios.
Sabemos que las marcas que logran evocar emociones fuertes tienen un impacto mucho más efectivo y estratégico que aquellas que simplemente se centran en optimizar funcionalidades.
“Tenemos productos aceptables, pero hay un amplio margen de mejora.”
Director de marketing de empresa internacional
¿Nos hemos desconectado de las personas y de sus emociones?. En definitiva, de nuestros usuarios. ¿Nos hemos desconectado de la parte más cualitativa y emocional de lo que hacemos?.
Claro que sí a los datos.
Claro que sí a las metodologías.
Claro que sí a… todo lo que hemos aprendido estos años, y a todo de lo que disponemos para hacer mejores productos.
Pero sin olvidarnos de que… el diseño es esencialmente un proceso creativo, una forma de conexión humana.
Abogamos por equilibrar la balanza entre la parte técnica-científica y emocional del diseño para alcanzar su máximo potencial. Pensamos que el equilibrio puede ayudarnos a pasar de hacer productos correctos a hacer productos con alma, personalizados, con una fuerte conexión humana, que perduren en la memoria y cubran una necesidad, cada vez más creciente entre clientes y usuarios.